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domingo, 9 de septiembre de 2018

Pedro “Mula”: hombre forjado en las montañas, sirviendo al pueblo

Comparto con la gente lo poco que dios me ha dado.

Pedro Mula.

Por: Leiderman Ortiz y Evaristo Pérez Martínez

El Bagre. Si en este municipio caliente, rico en oro, abatido en la pobreza, con tantas necesidades e injusticias; preguntan por Pedro Luis Herrera, pocos o casi nadie lo conoce; pero si preguntan por “Pedro Mula” hasta el que nació ayer lo reconoce… es más popular que el mismo Alcalde.” Me dicen así porque comencé trabajando como ayudante de mulas, después como arriero en propiedad, y la verdad es que parecía un animal de esos para hacer cualquier actividad” reflexiona un poco nostálgico Don Pedro.

Un hombre muy singular casi analfabeta, estudio hasta primero de primaria, su madre una humilde lavandera y cocinera, que vivía de posada en posada no tuvo las fuerzas económicas para educarlo ante el abandono del Padre. Criándose con todas las necesidades de la pobreza absoluta, como el dice completando la comida con frutas como mangos, guayabas, naranjas que robaba en las fincas vecinas para engañar el estómago. Esto lo marcó por el resto de la vida y de allí su vocación de servicio: ayuda a todo el mundo; el flaco, el gordo, el negro, el indio… incluso le colabora hasta a la Policía, su casa experimenta una peregrinación diaria de personas necesitadas que no se van con las manos vacías.

Natural de Zaragoza, llegó a El Bagre hace 40 años, influyó que trabajaba en Naranjal, que este pueblo siempre ha sido más calmado y la empatía con la gente. Como el torrente del Rio que baña la planicie van brotando los recuerdos de los momentos cruciales que engendraron la violencia en su pueblo: “en ese tiempo el único grupo era la Policía, el puesto lo tenían en el puerto; 5 años mas tarde comenzó a salir el ELN, Ejército de Liberación Nacional, decían que iban a ayudar al pueblo, incluso en reuniones que hacían invitaban a la Policía y estos asistían armados junto con la comunidad: mirábamos la iniciativa como un futuro mejor”. Pero el cuento color rosa pronto fue cambiando, si un campesino tenia  un Ranchito de Plástico la guerrilla le cobraba $20 pesos cada 8 o 13 días; el que tenía el jhonso era lo mismo, al principio era de buenas maneras ya después utilizaban la violencia matando personas y así fueron perdiendo credibilidad con el pueblo.

Cuatro o cinco años después aparecieron las FARC.EP, este grupo era más sanguinario, mas asesino; los dos tenían gran poder de convencimiento para reclutar niños, Don Pedro, entonces se había trasladado al monte para colocar una tiendecita: “Recuerdo que ellos, las FARC.EP. salían se tomaban de a gaseosa,  hacían una mesa redonda con los niños y les hablaban mucho. Cuando ellos se iban yo los reunía nuevamente y los disuadía de las mentiras que ellos les contaban, afortunadamente ningún niño les informó esto, de lo contrario me hubiesen asesinado”. Este grupo también apoyaba al campesino para que sembrara coca, muchos cayeron en la trampa, algunos tuvieron que irse, otros murieron, la violencia se recrudeció, fueron momentos muy difíciles.

Pero la violencia como una maldición mutaba, otro grupo apareció en escena en este sector del Bajo Cauca: las Auto Defensas Unidas de Colombia, AUC, supuestamente estos combatirían las Guerrillas y el derramamiento de sangre toco mas a la población civil, a los comerciantes: las AUC, mataban a supuestos colaboradores de la Guerilla, y la Guerrilla hacía lo mismo con los colaboradores de las AUC. Pedro Mula entendió muy bien la dinámica diabólica de estos grupos, ambos les hicieron muchas ofertas, pero El se mantuvo al margen sacándoles evasivas sin decirles un No rotundo.

Los “Paracos”, como se les decía coloquialmente, hicieron replegar de la zona a la Guerrilla y quedaron con la situación controlada: cobro de vacunas, negocio de la coca y desplazando comunidades a través de amenazas o masacres para quedarse con las propiedades; ellos eran los “Duros” y prácticamente gobernaban, solucionaban los problemas de la comunidad a su manera, hay una anécdota que cuenta Don Pedro: “Un día hubo un alboroto en el puerto, todo el mundo corría, el motivo estaba allí “Macaco” me convidaron y yo les dije: él me mandó llamar…respondieron No, entonces yo no tengo nada que hacer allá…en realidad nunca conocí este Señor”. Todo continuó así hasta que llegó la desmovilización de los distintos Bloques.

Se abría la ventana para una Paz real en la Región, pero fue todo lo contrario una guerra sin cuartel se escenificó en toda la zona con el génesis de unas Bandas Criminales que se peleaban el control de la misma. Don Pedro Mula, con un ademán de impotencia narra: “los Urabeños y Rastrojos comenzaron a disputarse a sangre y fuego la zona: muertos en veredas, en las calles, en el Rio y la población atemorizada. Al tiempo se arreglaron y guardaban sus distancias sin agredirse entre sí.

Nuestro País, el mismo del Sagrado Corazón de Jesús, lleva mas de medio Siglo en Guerra, y la  conclusión lapidaria es que todos hemos sido víctimas. A Don Pedro, lo extorsionan, y el MRP. Movimiento Revolucionario del Pueblo, le secuestró un hijo que trabajaba con otro Señor en una “Retro” por el Sur de Bolívar en una mina; fue un momento crítico para él y la familia, en esa época también habían secuestrado a Joaquín Yepes. Después de mes y medio, les llegó una boleta muy drástica diciendo que si la familia en tres o cuatro días no se pronunciaba lo mataban. Pedro Mula, nos comenta: “Se negoció con ellos, yo mandé un emisario porque los iban a liberar a los dos, en ese entonces me prestaron $25 millones de pesos unos amigos… pero largaron al otro y al hijo mío no, entonces hubo que dar $10 millones de pesos mas. Cuando mi hijo fue liberado y llego a la casa le pregunté qué le decían allá; me contestó que el Comandante le daba de comer banano y le pedía que trabajara haciendo inteligencia con ellos, que les hiciera saber donde me mantenía Yo, para agarrarme y cobrar $500 millones de pesos, la mitad de esa plata era para El. Obviamente  no aceptó”.

Otro capitulo amargo en la vida de este hombre nacido el 16 de octubre de 1.953, Padre de 8 hijos con distintas mujeres; fue como minero, recientemente, su frente de trabajo hacia parte de las pocas minas que entraron a formar parte del laboratorio piloto de legalización del ministerio y la Gobernación de Antioquia. Se encontraba en El Bagre y recibió una llamada, que iban a quemar la Maquinaria, se sorprendió:” Es extraño, porque allí llegaba la Policía veía los papeles y verificaban que estábamos en proceso de legalización y nos dejaban quietos; además hacía 8 días habíamos recibido una visita de la Gobernación, lo más lógico es que la Policía mirara los letreros que habían dejado estos funcionarios… de todas maneras Quemaron la Maquinaria, quemaron mis sueños, mi inversión y el sustento de muchas personas”.

Muchos indicios apuntan que la Multinacional Mineros S.A. tuvo  mucho que ver en esto, para Don Pedro, sólo son especulaciones, pues los considera sus amigos. Lo cierto es que la Fiscalía Tiene abiertas investigaciones preliminares en su contra; y de este hombre bueno, amable, sencillo, hogareño, político, solidario y muy colaborador, muchas cosas se dicen en El Bagre: Algunos lo asocian con Grupos al margen de la Ley, pero El hace caso omiso a esos señalamientos y continúa ayudando al enfermo, al que no tiene para el almuerzo, el desayuno, compartiendo con la gente lo poco o mucho que Dios le ha dado.

De este arriero, minero, buen papa, querido y respetado, luchador de la vida, se dice que medio Bagre es suyo: le hizo cientos de préstamos a la gente recibiéndole la Escritura de la Casa o compraventa y no le hacia firmar ningún papel y menos los trámites notariales de una hipoteca, perdiendo así mucha plata por el desconocimiento de las normas. El se queda un poco pensativo y reflexiona: “ Fue mejor así, la gente no puede decir Pedro Mula me quitó la casa, me dejó en la calle, sin donde vivir… mejor que me tumbaron y no tener ese complejo de culpa de dejar familias desamparadas…”. Concluye diciendo: “Estoy agradecido con la vida, la gente me quiere mas que al Alcalde, me saludan, me aprecian y eso a mi me llena de satisfacción, hasta la Policía llega a pedirme colaboración; lógico, tengo deudas, le debo a mucha gente, al comercio, a dos Bancos; pero, lo poco que tengo lo comparto”.

La Verdad del Pueblo.

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