Por: Eli_Inspector [Tomado de Análisis Urbano]
El
Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto firmado entre el Gobierno y las
Farc, rechazado por los promotores del No el 2 de octubre de 2016, y renegociado
y firmado el 24 de noviembre en el Teatro Colón, en Bogotá, dejó consignada la
participación política de los territorios en donde ha habido presencia
histórica del conflicto armado, por lo que en el Punto 2: ‘Participación política’, en el aparte 2.3.6., se
concertaron las circunscripciones especiales de paz: “(…) con el objetivo de garantizar una mejor integración de zonas
especialmente afectadas por el conflicto, el abandono y la débil presencia
institucional”.
Los
territorios afectados por el conflicto, a lo largo y ancho del país, fueron
agrupados en dieciséis (16) circunscripciones especiales, dos (2) de ellas en
Antioquia: Bajo Cauca y Urabá. Lo particular de estas dos circunscripciones es
que se ubican en subregiones en donde el proyecto paramilitar de las
Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá (AUCC), y luego las Autodefensas Unidas
de Colombia (AUC), así como su proyecto de refundación de la patria, a través
de las fichas políticas en el Congreso de la República, en lo que se conoció
como la ‘parapolítica’, y ahora son dominadas por las Autodefensas Gaitanistas
de Colombia (AGC) o Clan del Golfo, quienes dominan el territorio, controlan el
negocio del narcotráfico y las rentas ilegales, y dirigen las rutas de
embarque.
La
circunscripción del Bajo Cauca (C-3) está integrada por trece (13) municipios:
Cáceres, Caucasia (zona rural), El Bagre, Nechí, Tarazá, Zaragoza, Segovia,
Remedios, Anorí, Amalfi, Briceño, Ituango y Valdivia. En todos ellos ha habido
presencia de paramilitares, se han cometido masacres y fueron corredores de los
frentes de las Farc hoy concentrados en las zonas veredales y desarmados.
¿Qué
es lo que preocupa en dicha circunscripción especial? Desde hace un par de
meses políticas de la región del Bajo Cauca, muchos de ellos exalcaldes
vinculados con la criminalidad, exconvictos o con cuentas pendientes por la
parapolítica, luego de haber sido alfiles o testaferros de Ramiro Vanoy
Murillo, alias Cuco Vanoy, y Carlos
Mario Jiménez, alias Macaco, están
haciendo cálculos políticas, buscando cómo apoderarse de dicha curul y cómo
acceder a que uno de sus pupilos logre la candidatura por la circunscripción.
El
exalcalde y exconvicto Miguel Ángel Gómez García, el poder detrás de la
alcaldía de Tarazá, en donde logró poner a Gladis Rebeca Miguel Vides, avalada
por el Partido Liberal, es uno de los parapolíticos que ven en la
circunscripción una forma de reencaucharse, pese a que hace parte del equipo
del congresista Julián Bedoya Pulgarín, quien aspirará al Senado.
En
Cáceres el exalcalde Hugo de Jesús Barrera Gómez, señalado de ser uno de los
testaferros de Cuco Vanoy, exjefe del
Bloque Mineros, también se suma al proyecto de las circunscripciones, viendo
como ficha clave para su propósito a un excandidato a la alcaldía que ha estado
vinculado con organizaciones comunales y campesinas. Una fuente consultada, que
pidió se reservara su nombre, dijo que el exalcalde está empecinado en sacar un
candidato por el Bajo Cauca y, de ser posible, de Cáceres.
En
Caucasia tres exalcaldes con vínculos con parapolítica: José Nadín Arabia
Abissad, Juan Carlos Garcés Estrada y Jorge Iván Valencia Rivera, están jugados
por buscar apoderarse de la circunscripción especial. A ellos se suma el
excandidato a la alcaldía de Caucasia José Dairo Bedoya Hincapié, fiel seguidor
del congresista Julián Bedoya, que ante la imposibilidad de aspirar en las
elecciones de 2015 puso a su esposa: Neri Montiel de Bedoya. Si Bedoya Hincapié
no puede aspirar a dicha circunscripción ha manifestado que apoyará a otro
candidato. Una mala noticia: la zona urbana de Caucasia no está dentro de la
jurisdicción de la circunscripción especial. El excandidato Leovigildo Madera,
cercano a Juan Carlos Garcés, también está dentro de la lista.
¿Y
las subregiones de Nordeste: Segovia, Remedios, Anorí y Amalfi, en donde el oro
y el narcotráfico son fortín de la criminalidad, y el Norte: Ituango, Briceño e
Ituango, en donde las Farc fueron la autoridad, qué opinan de las
circunscripciones?
La
Asociación Campesina de Ituango (ASCIT) ve la circunscripción especial como un
proyecto difuso, en donde los políticos del Bajo Cauca han ido tomando ventaja,
porque la idiosincrasia entre las dos subregiones es muy diferente, aunque el
conflicto y la economía ha sido la misma: Clan del Golfo (antes Frente 18 de
las Farc) y cultivos de coca.
Dentro
de la circunscripción especial de paz del Bajo Cauca están asentadas tres (3)
Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN): en Ituango, vereda Santa
Lucía; Anorí, vereda La Plancha; y Remedios, vereda Carrizales. Anorí y
Remedios hacen parte del Nordeste, por lo que podría tener mayor protagonismo
en las elecciones parlamentarias.
En
el Bajo Cauca no fue ubicada ninguna ZVTN por el dominio territorial de las Autodefensas
Gaitanistas y el conflicto azuzado por el narcotráfico que se conecta con la
subregión de Urabá, en donde está ubicada la circunscripción de C-16.
El
Ministerio del Interior ya tiene formulado el texto del proyecto de Acto
Legislativo que radicará el 20 de julio ante el Congreso de la República, que
deberá ser tramitado dentro del fast
track con mensaje de urgencia y pueda ser aplicado en las elecciones
parlamentarias del 11 de marzo de 2018. El proyecto comprende dos periodos
legislativos: 2018-2022 y 2022-2016, y tiene los siguientes requisitos para ser
postulado: “Los candidatos sólo pueden
ser inscritos por grupos significativos de ciudadanos, organizaciones sociales,
consejos comunitarios o resguardos indígenas legalmente constituidos…”. Lo
novedoso y a la vez atractivo para los gamonales es que contarán con
financiación especial por parte del Estado, lo que no acarrearía gastos a
quienes están acostumbrados a gastar millones de pesos en compra de votos,
tamales y tejas. [Ver borrador Acto
Legislativo_circunscripciones]
Otro
barrera que se la atraviesa a estos politiqueros del Bajo Cauca es que se le
exige a aspirantes que sean “habitantes
regulares de la circunscripción o desplazados de estos territorios en proceso
de retorno”, por lo que quienes hayan sido candidatos a cargos de elección
popular en otras elecciones y no acrediten dichos requisitos quedarán
excluidos.
El
Acuerdo Final está actualmente en la etapa de implementación por parte del
Gobierno, que ha sido tibio y lento en el cumplimiento de lo pactado con las
Farc, a quienes no les han cumplido con la amnistía total. Ojalá que con las
circunscripciones especiales sí haya una participación real de los excluidos, y
no el regreso reencauchado de los voceros de la criminalidad al Congreso de la
República.
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