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sábado, 27 de enero de 2018

Bajo Cauca entre la soledad y el abandono

incuba una violencia histórica


Por: Evaristo Pérez Martínez

Caucasia. Los últimos hechos acontecidos en Puerto Colombia, Corregimiento de este Municipio, donde se conjuró un conato de desplazamiento masivo de la Comunidad, por Presiones de dos Grupos al Margen de la ley; y los recientes enfrentamientos el miércoles entre el ELN y el Ejército en Zona Rural del Municipio de Valdivia, son una muestra que la Región sufre dos enfermedades muy crónicas: la Soledad, que desemboca en una anarquía, que es bien aprovechada por los grupos Ilegales, como Pisas o Rastrojos, que son la misma cosa, Urabeños o Clan del Golfo, que también son la misma cosa; y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, que ha copado territorios antes dominados por las FARC.EP. La otra enfermedad, es el Abandono, abandono por parte del Estado, la Fragilidad Institucional, que es aprovechado por los actores violentos para crear rutas o corredores comercializadoras de Droga, ante la ubicación estratégica de la Región.

En Puerto Valdivia, la puerta de entrada al Bajo Cauca, Seis Guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional, ELN, murieron y otros dos resultaron heridas, en una operación de la Séptima División del Ejército en área rural de esta localidad.

El enfrentamiento se produjo en zona rural de Puerto Raudal, donde la Población civil quedó en medio del fuego cruzado, incluso la Escuela de la Vereda recibió impactos en sus muros, informes Castrenses dan el parte que también fueron detenidos cuatro Guerrilleros.  Y según, Victoria Eugenia Ramírez, Secretaria de Gobierno de Antioquia, entre los Guerrilleros aprehendidos, se encuentra “Alias” Paula, compañera del Cabecilla de la Zona. En este corredor delinque el Frente Héroes y Mártires de Tarazá, al mando de “Alias” El Gurre.

Históricamente los atractivos del oro, la madera, el desarrollo del cultivo y trafico de Drogas ilícitas, han hecho tejer una historia de sangre y muerte en la Región, las disputas y las alianzas están a la orden del día en torno a las economías criminales entre los diferentes grupos Armados. Desde la década de los 70 las FARC.EP, hicieron presencia en estos municipios, pero su control siempre dependió del paso de otros Grupos. Las Guerrillas del EPL y el ELN, también han tenido injerencia en la zona, incluso trabajaron en alianza con las FARC.EP (Frentes 5, 18 y 36) para hacer la guerra, durante los 80, al ímpetu de los Grupos Paramilitares. La entrada de las AUC a través del Bloque Mineros y el Central Bolívar estuvo marcada por el uso desmedido de la violencia y, por tanto abonaron un terreno para la posterior entrada, de los Clan Úsuga, Rastrojos, Clan del Golfo, entre otros. 

El territorio se lo fraccionaron, en su momento las Farc. Ep. Dominaron las zonas de montañas con los cultivos de coca, mientras que las Bacrim se concentran en los Cascos Urbanos y zonas planas, y se encargaban de la salida de la droga por corredores estratégicos que posee la Región. Pero las bacrim, también montan minas, a través de terceros y explotan las tierras que se habían apropiado de manera ilegal los jefes Paramilitares, “Macaco” y “Cuco Vanoy”. Estas actividades ilícitas invaden otras regiones como
el Norte y el Nordeste Antioqueño, con el accionar delincuencial, de desplazamiento y 
extorsiones.

Hoy la problemática es la misma, los actores los mismos pero con otros nombres y ha entrado el ELN a reclamar la herencia territorial que les dejó la FARC.EP. con su maléfica desmovilización. Casi todos los municipios del área fueron incluidos como zona de Consolidación Territorial, derivando unas ventajas económicas, políticas y sociales con la implementación del Postconflicto.

Este Gobierno que baso su política de Estado en el Engaño y la Mentira, como siempre se olvido del Bajo Cauca, de su gente, de sus necesidades y sus problemas socio-ambientales; todo fue una cortina de humo que fue bien aprovechada por los que siembran el terror derramando sangre.

Para el Dr. Gonzalo Correa Molina, Secretario de Gobierno del Municipio de Caucasia, la situación es de sumo cuidado: “Nosotros siempre hemos sostenido que mientras no haya una política agresiva de inversión social en todo el territorio no va haber paz, hemos estado insistiendo ante el Gobierno Departamental y Nacional, para que todos los proyectos que se están desarrollando en torno al Acuerdo de Paz de la Habana y el Postconflicto, verdaderamente aterricen en nuestro territorio porque hasta el momento nosotros no hemos visto una posición efectiva del Estado por consolidar la Paz en la Región”.

En el bajo cauca la violencia campea, muertes selectivas, muertes inocentes, desplazamientos y poblaciones sumidas en el miedo y al pobreza, y un Estado apático ante su responsabilidad por imponer el orden y hacer respetar los Derechos de las Personas.

[La verdad del Pueblo]

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