La Gobernación conformó una mesa de trabajo con Ejército y Policía para restablecer la seguridad. FOTO MANUEL SALDARRIAGA |
POR VANESA RESTREPO
Entre el 1 de enero y el
10 de abril, en Antioquia fueron asesinadas 662 personas: un promedio de 6,6
homicidios por día. La cifra tiene preocupadas a las autoridades porque
significa que hay un aumento de 33,5 % en los asesinatos, respecto al mismo
período de 2017.
Luis Pérez Gutiérrez,
gobernador de Antioquia, aseguró que por primera vez en muchos años, la mayoría
de los casos ocurrieron en zona rural. “Anteriormente en Antioquia había más
homicidios en las zonas urbanas que en las zonas rurales, pero hoy con el
enfrentamiento entre bandas se nos volteó la balanza”, dijo.
Según las cifras
publicadas por la Gobernación, 64 % de los asesinatos ocurrieron en zonas
rurales y el 36 % tuvieron lugar en sectores urbanos.
Los responsables
Pérez cree que los asesinatos
que se concentran especialmente en las regiones del Norte y Bajo Cauca,
obedecen a un enfrentamiento entre bandas criminales que luchan por el dominio
territorial. “Sus intereses son económicos: negocios como la coca y la minería
ilegal”, declaró.
Su secretaria de
Gobierno, Victoria Eugenia Ramírez, reveló que las bandas implicadas son
el “Clan del Golfo”, también llamada “Urabeños”; y el grupo “los Caparrapos”.
Agregó que Tarazá,
Caucasia, Yarumal y Andes son los municipios más golpeados por esta violencia y
anunció que en conjunto con la Policía y las alcaldías se están adelantando
operativos para contrarrestar la acción criminal.
EL COLOMBIANO intentó
comunicarse con las alcaldías mencionadas por Ramírez, pero solo tuvo respuesta
de Jairo Aníbal Areiza, mandatario de Yarumal, quien manifestó que en
enero el municipio vivió una racha violenta (con masacre de 7 personas en una
vereda). “La cosa después de eso se calmó pero sí han llegado muchos
desplazados de Tarazá y Cáceres, así como bandas de allá que están
extorsionando en las veredas”.
Los socios del negocio
Analistas consultados por
este diario coinciden en afirmar que en la disputa, además de las bandas
mencionadas, están también carteles mexicanos que financian la guerra en busca
de más coca y mejores rutas; y campesinos que viven entre incumplimientos
estatales y presiones armadas.
Rubén Darío Acevedo, doctor
en historia y experto en conflicto, manifestó que lo que se vive en Antioquia
es similar a lo que está ocurriendo en el Catatumbo, Cauca y Putumayo, donde
“hay una ausencia de la Fuerza Pública y el Estado, y antecedentes de disputas
entre guerrillas y paramilitares por el control de rutas y coca”.
Sergio Mesa Cárdenas,
investigador de la Ong Corpades, explicó que los municipios con mayores índices
de violencia tienen una conexión directa con Briceño e Ituango, y con el Nudo
del Paramillo, zonas de cultivos ilícitos. “En los últimos años aunque hay
planes piloto de sustitución, los cultivos han crecido y eso atrajo el interés
de grupos criminales del norte del país, bandas de Medellín y carteles de
México”, sostuvo.
Según Mesa, la banda de
“los Caparrapos”, liderada por alias “Ratón”, tiene alianzas con el cartel
Jalisco Nueva Generación de México y la banda de “los Triana”, de Medellín.
Sobre el “Clan del Golfo”, liderado por alias “Gonzalito”, el investigador
asegura que tienen el respaldo de la banda “Pachelly” surgida en Bello y del
cartel de “los Zetas”.
La Gobernación
responsabilizó a ambos grupos de los desplazamientos de campesinos ocurridos en
los últimos días en Tarazá y Caucasia .
[¨con informacion de El Colombiano]
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