Comparto con la gente lo poco que dios me ha dado.
Pedro Mula. |
Por: Leiderman Ortiz y Evaristo Pérez Martínez
El Bagre. Si en este municipio caliente, rico en
oro, abatido en la pobreza, con tantas necesidades e injusticias; preguntan por
Pedro Luis Herrera, pocos o casi nadie lo conoce; pero si preguntan por “Pedro
Mula” hasta el que nació ayer lo reconoce… es más popular que el mismo Alcalde.”
Me dicen así porque comencé trabajando como ayudante de mulas, después como
arriero en propiedad, y la verdad es que parecía un animal de esos para hacer
cualquier actividad” reflexiona un poco nostálgico Don Pedro.
Un hombre muy singular casi analfabeta, estudio
hasta primero de primaria, su madre una humilde lavandera y cocinera, que vivía
de posada en posada no tuvo las fuerzas económicas para educarlo ante el
abandono del Padre. Criándose con todas las necesidades de la pobreza absoluta,
como el dice completando la comida con frutas como mangos, guayabas, naranjas
que robaba en las fincas vecinas para engañar el estómago. Esto lo marcó por el
resto de la vida y de allí su vocación de servicio: ayuda a todo el mundo; el
flaco, el gordo, el negro, el indio… incluso le colabora hasta a la Policía, su
casa experimenta una peregrinación diaria de personas necesitadas que no se van
con las manos vacías.
Natural de Zaragoza, llegó a El Bagre hace 40
años, influyó que trabajaba en Naranjal, que este pueblo siempre ha sido más
calmado y la empatía con la gente. Como el torrente del Rio que baña la
planicie van brotando los recuerdos de los momentos cruciales que engendraron
la violencia en su pueblo: “en ese tiempo el único grupo era la Policía, el
puesto lo tenían en el puerto; 5 años mas tarde comenzó a salir el ELN, Ejército
de Liberación Nacional, decían que iban a ayudar al pueblo, incluso en
reuniones que hacían invitaban a la Policía y estos asistían armados junto con
la comunidad: mirábamos la iniciativa como un futuro mejor”. Pero el cuento
color rosa pronto fue cambiando, si un campesino tenia un Ranchito de Plástico la guerrilla le
cobraba $20 pesos cada 8 o 13 días; el que tenía el jhonso era lo mismo, al
principio era de buenas maneras ya después utilizaban la violencia matando
personas y así fueron perdiendo credibilidad con el pueblo.
Cuatro o cinco años después aparecieron las
FARC.EP, este grupo era más sanguinario, mas asesino; los dos tenían gran poder
de convencimiento para reclutar niños, Don Pedro, entonces se había trasladado
al monte para colocar una tiendecita: “Recuerdo que ellos, las FARC.EP. salían
se tomaban de a gaseosa, hacían una mesa
redonda con los niños y les hablaban mucho. Cuando ellos se iban yo los reunía
nuevamente y los disuadía de las mentiras que ellos les contaban, afortunadamente
ningún niño les informó esto, de lo contrario me hubiesen asesinado”. Este
grupo también apoyaba al campesino para que sembrara coca, muchos cayeron en la
trampa, algunos tuvieron que irse, otros murieron, la violencia se recrudeció,
fueron momentos muy difíciles.
Pero la violencia como una maldición mutaba,
otro grupo apareció en escena en este sector del Bajo Cauca: las Auto Defensas
Unidas de Colombia, AUC, supuestamente estos combatirían las Guerrillas y el
derramamiento de sangre toco mas a la población civil, a los comerciantes: las
AUC, mataban a supuestos colaboradores de la Guerilla, y la Guerrilla hacía lo
mismo con los colaboradores de las AUC. Pedro Mula entendió muy bien la
dinámica diabólica de estos grupos, ambos les hicieron muchas ofertas, pero El
se mantuvo al margen sacándoles evasivas sin decirles un No rotundo.
Los “Paracos”, como se les decía coloquialmente,
hicieron replegar de la zona a la Guerrilla y quedaron con la situación
controlada: cobro de vacunas, negocio de la coca y desplazando comunidades a
través de amenazas o masacres para quedarse con las propiedades; ellos eran los
“Duros” y prácticamente gobernaban, solucionaban los problemas de la comunidad
a su manera, hay una anécdota que cuenta Don Pedro: “Un día hubo un alboroto en
el puerto, todo el mundo corría, el motivo estaba allí “Macaco” me convidaron y
yo les dije: él me mandó llamar…respondieron No, entonces yo no tengo nada que
hacer allá…en realidad nunca conocí este Señor”. Todo continuó así hasta que
llegó la desmovilización de los distintos Bloques.
Se abría la ventana para una Paz real en la
Región, pero fue todo lo contrario una guerra sin cuartel se escenificó en toda
la zona con el génesis de unas Bandas Criminales que se peleaban el control de
la misma. Don Pedro Mula, con un ademán de impotencia narra: “los Urabeños y
Rastrojos comenzaron a disputarse a sangre y fuego la zona: muertos en veredas,
en las calles, en el Rio y la población atemorizada. Al tiempo se arreglaron y
guardaban sus distancias sin agredirse entre sí.
Nuestro País, el mismo del Sagrado Corazón de
Jesús, lleva mas de medio Siglo en Guerra, y la
conclusión lapidaria es que todos hemos sido víctimas. A Don Pedro, lo
extorsionan, y el MRP. Movimiento Revolucionario del Pueblo, le secuestró un hijo
que trabajaba con otro Señor en una “Retro” por el Sur de Bolívar en una mina;
fue un momento crítico para él y la familia, en esa época también habían
secuestrado a Joaquín Yepes. Después de mes y medio, les llegó una boleta muy
drástica diciendo que si la familia en tres o cuatro días no se pronunciaba lo
mataban. Pedro Mula, nos comenta: “Se negoció con ellos, yo mandé un emisario
porque los iban a liberar a los dos, en ese entonces me prestaron $25 millones
de pesos unos amigos… pero largaron al otro y al hijo mío no, entonces hubo que
dar $10 millones de pesos mas. Cuando mi hijo fue liberado y llego a la casa le
pregunté qué le decían allá; me contestó que el Comandante le daba de comer
banano y le pedía que trabajara haciendo inteligencia con ellos, que les
hiciera saber donde me mantenía Yo, para agarrarme y cobrar $500 millones de
pesos, la mitad de esa plata era para El. Obviamente no aceptó”.
Otro capitulo amargo en la vida de este hombre
nacido el 16 de octubre de 1.953, Padre de 8 hijos con distintas mujeres; fue
como minero, recientemente, su frente de trabajo hacia parte de las pocas minas
que entraron a formar parte del laboratorio piloto de legalización del
ministerio y la Gobernación de Antioquia. Se encontraba en El Bagre y recibió
una llamada, que iban a quemar la Maquinaria, se sorprendió:” Es extraño,
porque allí llegaba la Policía veía los papeles y verificaban que estábamos en
proceso de legalización y nos dejaban quietos; además hacía 8 días habíamos
recibido una visita de la Gobernación, lo más lógico es que la Policía mirara
los letreros que habían dejado estos funcionarios… de todas maneras Quemaron la
Maquinaria, quemaron mis sueños, mi inversión y el sustento de muchas personas”.
Muchos indicios apuntan que la Multinacional
Mineros S.A. tuvo mucho que ver en esto,
para Don Pedro, sólo son especulaciones, pues los considera sus amigos. Lo
cierto es que la Fiscalía Tiene abiertas investigaciones preliminares en su
contra; y de este hombre bueno, amable, sencillo, hogareño, político, solidario
y muy colaborador, muchas cosas se dicen en El Bagre: Algunos lo asocian con
Grupos al margen de la Ley, pero El hace caso omiso a esos señalamientos y
continúa ayudando al enfermo, al que no tiene para el almuerzo, el desayuno,
compartiendo con la gente lo poco o mucho que Dios le ha dado.
De este arriero, minero, buen papa, querido y
respetado, luchador de la vida, se dice que medio Bagre es suyo: le hizo
cientos de préstamos a la gente recibiéndole la Escritura de la Casa o
compraventa y no le hacia firmar ningún papel y menos los trámites notariales
de una hipoteca, perdiendo así mucha plata por el desconocimiento de las
normas. El se queda un poco pensativo y reflexiona: “ Fue mejor así, la gente
no puede decir Pedro Mula me quitó la casa, me dejó en la calle, sin donde
vivir… mejor que me tumbaron y no tener ese complejo de culpa de dejar familias
desamparadas…”. Concluye diciendo: “Estoy agradecido con la vida, la gente me
quiere mas que al Alcalde, me saludan, me aprecian y eso a mi me llena de
satisfacción, hasta la Policía llega a pedirme colaboración; lógico, tengo
deudas, le debo a mucha gente, al comercio, a dos Bancos; pero, lo poco que
tengo lo comparto”.
La Verdad del Pueblo.
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