Foto: Evaristo Antonio Perez Martinez |
Caucasia. Aunque ya la amenaza natural baja de intensidad por parte de la Represa de Hidrohituango, los daños en la infraestructura vial, y la violencia, señorean como un ave negra no dejando dejar tranquilo a ninguno de los habitantes de esta Región del Bajo Cauca Antioqueño.
Aprovechando
la “distracción” de las autoridades de Ejército y Policía para colaborar en la
prevención del eventual desastre; los delincuentes imponen su autoridad desde
la penumbra de la soledad asesinando hombres y mujeres sin ningún escrúpulo. En
Caucasia y Guarumo, Corregimiento de Cáceres, se han presentado los últimos
acontecimientos de sangre, desazón y dolor.
Estos
poblados que se muestran solitarios, temerosos, con noches lúgubres y el
comercio de capa caída, se ven indefensos y sometidos a la barbarie, a otros
fenómenos como la extorsión y la distribución, compra y venta de drogas
ilegales.
Este
medio informativo habló con el Alcalde de Caucasia, Óscar Suárez, sobre el
crecimiento del fenómeno criminal: “se han aprovechado la distracción de la
Policía y el Ejército por la atención de la otra emergencia, para hacer sus
fechorías; pero, vamos a reunirnos de nuevo con todas las autoridades para
diseñar estrategias que se irán implementando para la prevención del delito”.
En
Caucasia y el Bajo Cauca, se libra una guerra de control territorial por parte
de grupos al margen de la ley que ha encontrado en medio la población civil,
con estadísticas escandalosas.
La otra
amenaza por el crudo invierno, es la desaparición de la banca de un tramo de la
trocal de Occidente, la segunda vía más transitada del País, entre los
Municipios de Cáceres y Caucasia. Esto ha ocasionado mucho traumatismo en el
transporte de mercancías, pasajeros y el turismo desde y hacia la Costa Norte
de Colombia.
[La Verdad Del Pueblo]
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