Por: Evaristo Pérez Martínez
Caucasia. La palabra se tomó por unas horas el municipio de
Caucasia, en el Primer Palabrario del Rio, escenificado en las instalaciones de
la Institución Educativa Santo Domingo Savio, con buena asistencia y excelente
participación de Poetas locales.
El canotaje se entrelazó con la palabra, los poemas viajaron como
espumas blancas en las aguas turbias, el verso salpico un oleaje fresco de
sueños inmaculados y la danza y la declamación propiciaron un malabar de arte
fecundo de amor y esperanza.
El piano de María Bustamante, los poemas de José Miguel Londoño,
Enrique Aldawe, Facundo Sembrador de Olvidos, Pedro Hoyos, Josefa Niebles,
Lander Domínguez, Paola Andrea Giraldo entre otros, desencadenador una locura
creadora, que hicieron retroceder el tiempo para recordar a Hernán Darío
Jiménez y otros cultores del genero lírico que ya están en otra dimensión
etérea.
Facundo Sembrador de Olvidos, Poeta que encarna el carbón
encendido de su raza, enfatizó: “El objetivo de este evento es probarnos a
nosotros mismos que desde nuestra humildad, desde nuestro esfuerzo personal,
podemos mostrar la cara digna de la cultura del Municipio de Caucasia con el
esfuerzo de Walter Piedrahíta y tres o cuatro favorecedores. A mi me duele que
nuestro municipio con tanto talento la cultura se pasee por las calles como el
loco de la peor calaña y el talento quede desperdigado por las calles, tenemos
que ofrecerles a nuestros niños oportunidades de sueños y creo que no tenga
catarata o miopía en los ojos para darnos cuenta que este no fue el mejor
evento del mundo; pero no fue el peor”.
El Poeta negro añadió, que no espera aplausos, no espera
reconocimientos y no importa un carajo si el olvido renace sobre cada uno de
nosotros, pero la semilla de la cultura está. “Vamos a continuar con esa
semilla: hoy, mañana, luego; porque las alas de la cultura son inmensas. Tu
regalas unos versos y le quitas a un niño las posibilidades de que vaya a
apretar un arma o de que se esconda en una esquina con un cuchillo. Las alas de
la poesía son invisibles y es un bálsamo sanatorial para el alma”.
Enrique Aldawe, otro poeta en escena, inmerso en el éxtasis de la
lírica, se pronunció: “Me alegra saber que ese pequeño gusano de la poesía, del
Romanticismo, de la Declamación, de la música, del teatro, no ha muerto y esta
en una actividad particular. Esto es un pensamiento de un Municipio llamado
Caucasia”.
Desde ya el Palabrario del Rio quiere extender sus alas año tras
año, cultivando la lírica y la fuerza de la palabra no únicamente para crear
emociones sino la tan anhelada Paz.
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