El raspachin Arquímedes Valderrama el popular “Chuma”, lo acusan de unos asesinatos
"No se le
puede atribuir la muerte de esos dos señores sólo a la guerrilla, porque hay
muchas versiones", declara Sonia Jaramillo [1], mujer de 71 años de edad,
sobre el asesinato de dos de los candidatos a la alcaldía de Campamento el
pasado 30 de mayo. Donay Correa Londoño, avalado por el partido de la Unidad
Nacional y Guillermo Roldán Correa, de Cambio Radical, fueron abaleados en una
vereda que queda a más de cinco horas del casco urbano de tan sólo 500 metros
cuadrados de extensión, por un par de muchachos que “dieron la cara pero sólo
dijeron que el crimen se cometió por ‘órdenes del patrón’”, cuenta Sonia. La
muerte de los aspirantes fue, según fuentes oficiales, causada por el frente 36
de las FARC.
No es la primera
vez que los 9.330 habitantes del municipio del norte antioqueño son víctimas de
la violencia, la intolerancia, del conflicto armado que no es más que el reflejo
del conflicto social, consecuencia, a su vez, de la ineficiencia y el abandono
del Estado. Campamento ha sido, desde la época de La Violencia, un corredor de
grupos armados ilegales; “el pueblo ha sido habitado por las FARC, los
‘elenos[2]’ y por los paramilitares”, asegura la anciana Sonia, nativa del
municipio de Campamento y víctima de la guerra absurda que ni las armas, ni el
ejército, ni el Plan Colombia han podido acabar, y “que conste que la cuestión
de La Violencia en este país inició por el partido Conservador”, promulga
Sonia.
Candidatos a la Alcaldía de Campamento asesinados
el 30 de mayo de 2011. En la izquierda, Guillermo Roldán; en la derecha, Donay
Correa. Foto extraída de cosmovision.tv
Desde el
asesinato de Rafael Uribe Uribe el 15 de octubre de 1914, cuando irrumpió “la
chuzma” a Campamento, que era un pueblo godo, a acabar con los liberales; hasta
el día de hoy, en el que son las FARC y el negocio del narcotráfico los que
dictan la ley, es el campesino, el cultivador de caña, la familia humilde que
levanta a sus hijos a punta de agua de panela, los que han sufrido las
consecuencias. En los ochentas y noventas, “la guerrilla (primero las FARC, y
después el ELN) se estuvo en Campamento como Pedro por su casa”, dice Sonia.
Después, en el 2001, los paramilitares se tomaron el pueblo. Posteriormente,
las FARC atacaron de nuevo al municipio, expulsando a los paramilitares, y como
recuerda Sonia, “hubo una mortandad tan horrible que hasta ahora no se sabe de
cuántos muertos fue”.
Municipio de Campamento, en el norte antioqueño.
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El alcalde
actual de Campamento, Adelmo Sánchez, del partido Conservador, se encuentra
suspendido por corrupción en los procesos administrativos; dos de los
candidatos a la Alcaldía fueron asesinados, y para agravar la situación, el
candidato que hoy se perfila como favorito y posible ganador, Gildardo Álvarez,
más conocido en el pueblo como “Ñoño”, y con el aval de los conservadores, está
siendo apoyado económicamente por Arquímedes Valderrama, personaje que según
Sonia es de Campamento pero no vive allá, y consiguió el dinero que ostenta
trabajando como raspachín[3]. Álvarez es además defensor del alcalde
suspendido.
Los otros dos
aspirantes a la Alcaldía son Héctor Gómez, de 24 años, que lanzó su candidatura
por la Alianza Social Independiente, y Lina María Duque, de 28, que cuenta con
el aval del Partido Verde. Gómez fue el secretario de campaña de Donay Correa,
y plantea poner en práctica las políticas que promulgaban los dos políticos
asesinados. Aunque Héctor ya ha recibido amenazas, no piensa retirarse de la
contienda, que está corruptamente inclinada hacia las banderas azules. Como lo
comprueba la revista Semana, el día de la inscripción de cédulas en Campamento,
llegaron 20 buses de otros municipios del departamento, 17 de ellos contratados
por Gildardo Álvarez y su patrocinador, Arquímedes Valderrama, también llamado
‘Chuma’.
Que ‘el patrón’
que ordenó el asesinato de Donay y Guillermo fue ‘Chuma’, personaje obsesionado
con que ‘Ñoño’ llegue al poder, es algo que no se puede aseverar. Que Héctor
Gómez y Lina María Duque pueden hacerle frente a la compra de votos, no se
puede prever. Lo que sí se puede denunciar con toda seguridad es que en
Campamento la democracia está pendiendo de un hilo.
“Si ese señor (Gildardo Álvarez) gana yo no vuelvo
a decir que soy de Campamento”, culmina Sonia.
[1]Nombre cambiado a petición de la fuente.
[2] Así llama Sonia a los guerrilleros del Ejército
de Liberación Nacional (ELN).
[3] Un raspachin es una persona que trabaja
raspando las plantas de coca.
Espere otras investigaciones que este medio está
realizando del señor Arquímedes Valderrama el popular “Chuma” o el “Panelero” en el lugar donde vivía en el
municipio de Campamento; otro secuaces más del Exalcalde José Arabia, tal palo
tal astilla.
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